El correo de cadena que conmovió mi corazón

Odio los correos de cadena. La verdad no sé como hay gente en el mundo tan ingenua que cree que van a cerrar Messenger o Hotmail y que serán salvos si envían el mismo mensaje que recibieron a su lista completa de contactos. Señores, NO HAY FORMA DE HACERLE SEGUIMIENTO A UN E-MAIL (al menos no de la forma que parece) así que Amy Bruce no recibirá un centavo de dólar por reenviar su foto enferma, ni este niñito, ni aquel ni el otro recibirán nada por reenviar su triste foto a tus amigos. Es lamentable que exista gente que use cosas como esa para crear correos de cadena, tratando de hacerte sentir miserable si no le das “Reenviar”. En lo personal, por favor, preferiría que me mandaran angelitos, caricaturas, chistes, frases bonitas o cualquier cosa para compartir y no ese tipo de artimañas de gente sin escrúpulos que lo único que quieren es saturar los servidores de correo electrónico.
Por otra parte están los correos que te avisan sobre cosas insólitas que están pasando en este planeta insólito. Uno de los más sonados es el correo donde aparecen coreanos (o chinos, o japoneses) comiendo fetos humanos. Damas y caballeros una cosa como esa a mi parecer merece como mínimo una pequeña investigación para asegurarnos de que es cierto lo que se dice y no escandalizar a mis amigos. Así que cada vez que me envían un correo de ese tipo intento averiguar todo lo posible.
La mayoría de esos correos son cosas inventadas, mal infundadas con el único propósito que se divulgen. En china no comen fetos, esas fotos fueron sacadas de un festival de fotografía y son MONTAJES, no hay nada de cierto en ellas, el autor asegura que uso presas de ave para las fotos. Tampoco se cayó nadie en un estanque de Coca-Cola o Pepsi, ni nokia ni motorota te regalarán teléfonos de última generación por reenviar un correo cadena y el tercer mensaje de la vírgen de fátima no habla sobre destrucción, caos, terremotos o el fin del mundo.
Sin embargo, esta mañana una amiga me envió un correo que casi me saca lágrimas por su crudeza, así que me dedique a investigar. En su carta de cadena me dice que debemos pensar lo que decimos o hacemos y debemos sentirnos afortunados. Nos muestra una foto de un niño totalmente desnutrido, casi en los huesos y al fondo, un buitre esperando su muerte. Me dedique a investigar y encontré detrás de aquella foto una triste historia: La fotografía fue tomada a una niña sudafricana muriendo de hambre arrastrándose hacia un centro de refugiados de las Naciones Unidas. Fue tomada por el fotógrafo Kevin Carter, quien hizo un amplio cubrimiento fotográfico durante la hambruna en Sudán y le valió el premio Pulitzer a la mejor fotografía del año 1994. Cuatro meses después de haber ganado el premio el fotógrafo, presa de sus remordimientos por no haber ayudado a la niña en ese momento, se suicidó.
No sé cual era realmente la intención del que inicio esa cadena pero la verdad me quede conmovido de ver como en este planeta insólito suceden cosas tan terribles. Y lo más insólito es que podemos hacer algo para cambiar las cosas, cada uno de nosotros si nos lo proponemos. Sin embargo muchos no lo hacemos, simplemente miramos, tomamos nuestra foto y nos vamos a casa, y ahí nos atacan los remordimientos por no haber hecho nada, cuando ya es tarde y nada se puede hacer. Dos vidas que desaparecieron en la más triste historia, nos queda la imagen para el recuerdo.
Gracias Marya por enviarme ese correo y por acordarte siempre de mí, no sabes lo mucho que me has enseñado hoy con sólo una imagen.